viernes, 4 de diciembre de 2009

Reyes Magos

Este fin de semana, durante una cena con varios amigos, Ceci nos contó que le habían dicho a su peque (Álex, 10 años, no tan peque ya), que los Reyes Magos son los padres.

Inevitablemente esto trae recuerdos, creo que nos los deben de traer a todos. Recuerdos de días felices, de noches de nervios. De redactar largas cartas.

Recuerdo que los reyes siempre dejaban los juguetes extendidos a los pies de mi cama, asi cuando me despertaba, lo veia alli y me volvia loco de alegria.

Recuerdo el frio, esperando en las colas para dar la carta a los reyes magos o a alguno de sus pajes. Aunque esto lo hice inumerables veces, la que más recuerdo es una ante los almacenes el Aguila, en plaza Universidad, larga muy larga, y con mucho frio.

Tambien me vienen a la memoia muchos de los juguetes. El Scaletric, el cine Exin, los cohes deirigidos con cable (nunca tuve uno teledirigido, que erami mayor ilusión), aquel de hacer dibujos luminosos con uans cuentas de plastico de colores (ya no recuerdo como se llamaba), el rescate espacial, y muchos, muchisimos mas. Nunca estaban todos, pero cuando los veias te olvidabas de los que faltaban. Observabas que las galletas y el agua habia desaparecido y sabias que ya habian estado alli, ¿por donde entraban? ah, para eso era magicos, ¿no?.

Una noche dificil de olvidar fue una en la que estaba especialmente nervioso, no me dormia, y veia sombras. Al despertar, despues de dormir de purocansancio, los juguetes no estaban, menuda llorera, hasta que vino mi madre y me enseño que los habian dejado en el comedor.

¿Y como descubrí yo el gran secreto de los reyes? Un día próximo a la fecha, estaba yo por casa solo, abrí el armario de mi madre para mirar una cosa, y una toalla se salio del sitio, y allí, escondidos bajo la toalla, habían dos juguetes de los pedidos. Volví a tapar y no dije nada. Pero el día de reyes se confirmo mi sospecha, allí estaban los regalos.

EN mi caso la cosa fue al revés, yo fui quien le dije a mis padres que ya sabia lo de los reyes. Luego intente extender mi saber, pero mi primo, un año mayor que, tenia una fe inquebrantable. Por mucho que le explique siempre encontraba una fe mística que le daba las respuestas. Mas tarde reconoció la verdad.

Ah, aquellas noches de reyes, aquella ilusión, lo demás no importaba, solo la alegría inocente de un niño.